Todos conocemos el principal sÃntoma de infarto en hombres y mujeres: el dolor en el pecho que se irradia al brazo izquierdo. Pero existen otros sÃntomas de infarto en mujeres que son menos conocidos y más difÃciles de diagnosticar, explicamos por qué y cuáles son.
A las mujeres se les deriva con menor frecuencia al cardiólogo debido a un problema escalonado: el médico de cabecera deriva menos de lo que convendrÃa, sobre todo si los sÃntomas son atÃpicos o parece menos probable que se trate de una patologÃa cardÃaca; el cardiólogo podrÃa diagnosticar y tratar menos también según el género del paciente. Además, las propias mujeres consultan con menos frecuencia y más tarde por malestar o dolor torácico, por el propio desconocimiento de los sÃntomas especÃficos.
La clasificación de sÃntomas tÃpicos y atÃpicos del infarto
Se considera que el infarto puede manifestarse de dos formas:
Forma tÃpica: Dolor centrotorácico opresivo irradiado a brazo izquierdo, más fácil de diagnosticar para el médico.
Forma atÃpica: Otros sÃntomas que pueden confundirse, en el diagnóstico diferencial, con otras patologÃas, orgánicas o psicológicas, como por ejemplo un ataque de ansiedad.
Cuando hablamos de sÃntomas tÃpicos y sÃntomas atÃpicos hay que tener en cuenta que los estándares clÃnicos se crearon a partir de la pato-fisiologÃa de los hombres (sÃntomas tÃpicos), por esta razón, cuando las mujeres presentan otros sÃntomas, considerados atÃpicos, es más fácil que se retrase el diagnóstico y empeore el pronóstico.
Los sÃntomas atÃpicos también suelen ser más frecuentes en pacientes diabéticos y ancianos.
Principales sÃntomas del infarto en mujeres
Como hemos comentado al inicio, el principal sÃntoma del ataque al corazón en mujeres es el mismo que en los hombres: dolor en el pecho o presión de cierta duración o intermitente. Aún asÃ, en la mujer el dolor no tiene por qué ser el sÃntoma más evidente, sino que a menudo se describe como una presión, incomodidad o tensión.
Los sÃntomas del ataque cardÃaco en mujeres que no están relacionados con el dolor en el pecho pueden ser:
Incomodidad en cuello, mandÃbula, hombros, parte superior de la espalda o abdomen
Dificultad para respirar
Náuseas o vómitos
Desvanecimiento o mareos
Dolor en uno o ambos brazos
Sudoración
Fatiga inusual
Indigestión
Estos sÃntomas leves o menos evidentes hacen que el diagnóstico sea más difÃcil y que a las mujeres les cueste reconocer estos sÃntomas como los de un infarto cardiaco.
Diagnóstico del infarto en mujeres
Actualmente las y los profesionales sanitarios y la sociedad cada vez estamos más sensibilizados con este tema. Para un diagnóstico precoz y correcto del infarto en mujeres, es muy importante que la paciente consulte a tiempo y el médico diagnostique de forma adecuada. Se debe hacer hincapié en contar con un historial clÃnico detallado, pensando siempre que puede tratarse de angina de pecho, sea el paciente hombre o mujer. La mortalidad por infarto en la mujer es entre un 7-10% más elevada que en el hombre.
Hay dos puntos clave en la evaluación clÃnica inicial de la paciente con dolor torácico para determinar si este se debe a un proceso cardiológico: las caracterÃsticas del dolor o las molestias, y la probabilidad de la paciente de padecer enfermedad coronaria (edad, factores de riesgo cardiovascular, etc.).
Prevención del infarto y factores de riesgo
Las medidas de promoción de la salud son la base para hacer frente al infarto y a otras muchas patologÃas. Debemos fomentar el autocuidado en la población y llevar unas adecuadas rutinas cardiosaludables, tales como:
Alimentación equilibrada
Control de los niveles de glucosa
Ejercicio fÃsico
Control de la presión arterial
Abandonar el tabaco
Valores de colesterol adecuados
En un segundo escalón para evitar los eventos cardiovasculares está la prevención primaria. Las y los profesionales sanitarios tenemos que realizar un screening de factores de riesgo en nuestras/os pacientes, y tratarlos de forma precoz de acuerdo con las recomendaciones de las guÃas de práctica clÃnica.
Es preocupante el incremento que se observa de algunos factores de riesgo como, por ejemplo, la obesidad y diabetes en la población general. Con factores de riesgo probables o diagnosticados, debemos estar muy atentos por si pudieran presentar sÃntomas compatibles con una angina de pecho, que requieran derivación a un especialista para la realización de un estudio y/o tratamiento.
Por último está la prevención secundaria, medidas a realizar tras un evento cardiaco. También tiene gran valor pronóstico, puesto que mejora la morbimortalidad de los pacientes que ya han presentado un cuadro cardiovascular.
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Creditos: Dra. Uxua Idiazabal
Especialista en CardiologÃa en el centro médico IMQ Zurriola